Ni el más pesimista se imaginó un arranque del 2011 con dos derrotas consecutivas y el agravante de haber jugado mal. En Gimnasia, la ilusión era al menos empatar para así llegar al choque de hoy fortalecido.
Sin embargo, la realidad fue otra y ante Deportivo Merlo, el rival de esta noche, la obligación de ganar se potencia. Es que para borrar la pálida imagen que dejó el equipo ante la CAI y Ferro, sólo sirve sumar de a tres.
El técnico Francisco Ferraro es consciente que así las cosas no pueden seguir. La falta de fútbol cada vez es más alarmante. Entonces, decidió buscar en el banco las soluciones a este presente.
Además de los cinco cambios que realizará de entrada, también decidió modificar el dibujo táctico. Del 4-4-2 pasará al más ofensivo 3-4-1-2, que también puede variar a un 4-3-1-2, de acuerdo a cómo se mueva en la cancha Facundo Torres. El jujeño arrancará en el carril izquierdo, pudiendo bajar al lateral si es necesario.
Mientras que lo más novedoso pasa por ver en acción a un enganche definido (Gustavo Britos) con dos puntas netos (Guido Di Vanni y el debutante Darío Benedetto).
Pero la apuesta es fuerte, al punto que en el mediocampo el único jugador con características de marca-marca será Silvio Iuvalé. Fernando Lorefice, en su presentación en sociedad, acompañará a Iuvalé en el medio, pero será el encargado de asociarse con Britos.
El objetivo propuesto es volver a festejar en casa. La cirugía mayor que realizó “Pancho” no sorprendió demasiado, porque los inconvenientes ya se habían empezado a evidenciar en los últimos encuentros del pasado año.
Por su parte, Merlo seguro apostará al empate. En realidad, se refugiará atrás y apostará sus mejores fichas a meter algún contragolpe milagroso.
Cuando a partir de las 21.30, en el estadio “23 de Agosto”, el balón empiece a rodar se acabarán las palabras y será el momento de la verdad para el “lobo”, que sólo debe pensar en ganar o ganar.
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