El entrenador de Gimnasia, Francisco Ferraro, con evidentes signos de fastidio a la salida del vestuario del estadio de Ferro, hizo una fuerte autocrítica tras las dos derrotas sufridas en forma consecutiva. “Indudablemente que tenemos que mejorar. Todavía no pensamos en Merlo porque queremos llegar a Jujuy y hablar en la práctica. Luego tenemos que trabajar y usar el inflador anímico que siempre hay en una derrota”.
El técnico encontró un aspecto rescatable en el cotejo disputado en Caballito. “Tenemos que ver las cosas positivas, como que se mejoró con respecto al partido anterior. En los últimos 20 minutos con un hombre menos tuvimos más claridad ofensiva que en el resto del partido. Britos entró para ponerse adelante del volante central de Ferro y cuando teníamos la pelota, poder clarificar los ataques habilitando a los dos puntas”.
Sin embargo, también asumió que el rendimiento del “lobo” le genera intranquilidad. “Hay preocupación de perder dos partidos seguidos en tan sólo 5 días. Fue todo muy rápido. Pensamos que estaba la revancha y la revancha también fue negativa. No sólo preocupa la falta de gol sino también el funcionamiento del equipo”.
Ferraro no pierde la fe en encontrar el nivel que añora para su formación. “En algún momento esto tiene que cambiar, porque este plantel es prácticamente el mismo que hizo una buena campaña el semestre anterior”.
Debe mejorar ahora
Gimnasia comenzó el año futbolístico de la peor forma. Con sendas derrotas ante rivales que miran la tabla para abajo y además, con pobres rendimientos individuales y colectivos. La escasez de juego elaborado, que provoca que se generen contadas situaciones de gol por partido, es película repetida. Con la misma suma de tantos que los últimos del torneo, el “lobo” no puede aspirar a luchar por el anhelado ascenso a primera. Durante la pretemporada no se notaron maniobras para corregir ese aspecto reconocido por el mundo de Gimnasia. Desde los refuerzos, con la llegada de Benedetto, un juvenil de corta trayectoria y Lorefice, otro volante defensivo, hasta las pruebas futbolísticas con un esquema cerrado de 4 4 2, con interpretes con características defensivas o en su defecto de lucha y potencia, más que de juego. De todas maneras, hay material en el plantel conducido por Ferraro para lograr la elaboración de fútbol necesaria, optando por el regreso de Yedro, de Pajón y de Britos, jugadores que pueden cumplir la función para ese esquema, pero que también puede conectarse con los delanteros.
Un aspecto que sorprendió en estos dos primeros partidos, fue la aparición de desatenciones defensivas, pese a que Gimnasia había concluido el 2010 con una notable solidez en esa línea.
Sin dudas, que es una falencia a corregir con trabajo, ya que estos mismos jugadores demostraron que pueden hacerlo. Además, de un partido a otro, se notó una mejoría en cuanto al orden colectivo y también con respecto a la actitud y predisposición a revertir un marcador.
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