Ganaba bien, pero no supo liquidar la historia vía contragolpe. Al final sumó un punto que le sirve de poco para sus aspiraciones.
Los silbidos que se escucharon al final fueron justificados. Los hinchas salieron masticando bronca de la cancha porque Gimnasia no supo ganarle a Aldosivi cuando el partido se le presentó totalmente favorable. Y en el vestuario, jugadores y cuerpo técnico también sintieron lo mismo: no se sumó un punto, se perdieron dos. Una lástima. Encima, Atlético Tucumán cayó en casa en manos de San Martín de San Juan, con lo cual el anhelado cuarto puesto de la tabla estaba ahí nomás. Ahora se metió en la conversación Patronato que venció al "Santo"
En el inicio de las acciones, el “lobo” estuvo desconocido. En realidad, el rival sorprendió con un mediocampo aguerrido, que presionó en campo adversario y con dos puntas, Mariano Martínez y Gigli, muy movedizos. Así fue en 9 minutos generó tres situaciones claras de gol. La fortuna le guiñó un ojo en esos momentos de incertidumbre.
Sin embargo, de tanto buscar, fue Gigli quien tuvo su revancha personal y a pesar de la gran reacción de Bangardino, nada pudo hacer en el rebote que le quedó al propio delantero.
El festejo del “tiburón” sirvió para que Gimnasia reaccionara. Y una habilitación perfecta de Jorge Luna para Carretero puso las cosas en su lugar. El zurdo enganchó de volea e infló la red.
Con el uno a uno, el equipo jujeño se tranquilizó. Empezó a funcionar la dupla Iuvalé-Ramasco y Pajón comenzó a proyectarse por derecha. Entonces, no sorprendió cuando se asociaron precisamente los dos volantes de contención, tirando Iuvalé un centro perfecto que Benedetto cambió por grito.
En el complemento, Aldosivi, que venía de cuatro derrotas consecutivas, salió con todo en pos de empate. Pero equivocó el camino. Sólo Nayar entendió el juego. El mediocampista no sólo marcó, sino que hizo jugar a sus compañeros y fue el estandarte de la visita.
Los desacoples a los cuales se autosometió el conjunto de Salvador Daniele llevaron a que dejara muchos espacios, que fueron bien capitalizados por su rival.
Pajón, Luna y Carretero fallaron goles increíbles. Hasta un zapatazo de Ramasco de fuera del área pareció tener destino de red. Atacaba Aldosivi a los “ponchazos” -salvo cuando la pelota pasaba por los pies de Nayar- y sufría horrores los contragolpes.
Sin embargo, más allá de los cambios realizados por el técnico Francisco Ferraro, el error fue defender demasiado atrás la ventaja parcial. Y las dos voladas espectaculares de Bangardino fueron un presagio. En el minuto 47, el ingresado Diego Martínez capturó un rebote y en el área chica definió.
No se puede hablar de injusticia en el fútbol, ya que los goles no se merecen, se hacen. Punto.Gimnasia supo sobreponerse a un mal arranque, luego manejó el trámite, pasó a ganar bien y vía contraataques pudo liquidar la historia. Al final se quedó con el grito atragantado más que por méritos ajenos por errores propios. Y por eso todos en el “23 de Agosto” masticaron bronca.
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