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martes, 9 de agosto de 2011

Gimnasia comenzó anoche su andar con una igualdad (0-0)

Estuvo más cerca de festejar en el remodelado “23 de Agosto”, pero un gol mal anulado a Juan Arraya impidió el objetivo.


El renovado Gimnasia 2011 comenzó a su andar en la B Nacional con un empate. Fue cero a cero ante Ferro Carril Oeste, en un partido jugado anoche en el estadio “23 de Agosto”, que sigue deslumbrado por su belleza tras las remodelaciones hechas para la Copa América.


A la hora del balance, el “lobo” estuvo más cerca. Sobre todo por aquel gol mal anulado a Juan Arraya, que había inflado la red y el asistente Angel Barrionuevo levantó el banderín, cobrando un off side que nunca existió.


Sabiendo que en casa es fundamental ganar para ser protagonista, el conjunto dirigido por Salvador Ragusa fue al frente. Jorge Luna sorprendió con zapatazo desde fuera del área, que con la complicidad de Carlos De Giorgi casi termina en gol. Después llegó la polémica con el gol de Arraya.


Mario Gómez, un DT que le gusta el orden y el equilibrio, acomodó sobre la marcha las piezas del tablero y así equiparó el trámite. Fue saludable, además, que nunca la visita se refugió en su campo. Dio pelea en el sector central, tratando de salir por las bandas para meter algún contragolpe.


Aquino, de chilena, casi abrió la cuenta y un rato más tarde, Acuña ganó en velocidad, envió un centro perfecto que por centímetros no llegó Pereyra Díaz a conectar.


Luna fue el único que marcó diferencia. Es verdad que los “albicelestes” corrieron y metieron -nada que reprochar, al contrario-, pero sólo “Semilla” pensó cuando tenía la pelota en sus pies.


Sin embargo, faltó la estacada final para transformar los avances en ataques serios.
Al arrancar el complemento, Sebastián Díaz tuvo una chance clarísima, pero su cabezazo salió desviado. Estaba solo en el área chica.


El dominio de Gimnasia se mantuvo. Eso sí, Ferro bajó la persiana y todo comenzó a hacerse cuesta arriba. Faltaron ideas para vulnerar al rival, que a medida que pasaban los minutos más cómodo se sentía con la igualdad.


El final encontró al dueño de casa atacando a puro centros, sin ideas y presionado por la necesidad de ganar.
El público despidió al equipo con aplausos tibios. reconociendo que se hizo el esfuerzo, pero no alcanzó. Ahora se viene el parate, donde seguro Ragusa seguirá trabajando para encontrar los caminos al gol.


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