San Martín le ganó con claridad al muleto de Gimnasia (J) con dos goles de Canío, el refuerzo trasandino. Ojito.
Los dos arrastran situaciones complicadas, pero en el reparto de ilusiones, San Martín se quedó con la porción más apetecible. Un empate de los suplentes de La Ciudadela ante los titulares del Lobo y una clara victoria, que pudo ser más amplia, de los titulares del Santo sobre el equipo alternativo de Omar Labruna.
El técnico Carlos Roldán se fue con una amplia sonrisa. Razones existían para mostrarse así: su equipo principal jugó un gran primer tiempo y le pasó el trapo al muleto jujeño. Con una gran producción de los dos hombres que llegaron para reforzar el ataque. La presencia del chileno Cristian Canío y de Matías Urbano, permitieron que Gustavo Ibáñez tuviera libertad de movimientos y el tucumano mostró toda su categoría, hasta conseguir una gran definición en el segundo gol.
Los otros gritos tuvieron el sello del chileno Canío, goleador del último certámen trasandino.
San Martín tuvo rendimientos aceptables en todas sus líneas. Con un De Muner sobrio y dos laterales (Germán Noce y Matías Villavicencio), que conocen el oficio. Además del excelente momento de Facundo Pérez Castro, la vigencia de Ramiro Leone y de la Anguila Gutiérrez.
En Salta, tierra de fe y creencias, el Santo prende velas para escaparle al descenso. Al menos, ayer tuvo una gran alegría.
El Lobo, en cambio, tendrá que mejorar mucho, más allá de que éstos son los primeros movimientos.
San Martín hoy volverá a mover la tropa. Desde las 9 jugará contra San Lorenzo, (en el Ciclón estarán los que anoche no jugaron ante Independiente).
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